viernes, 3 de abril de 2015

SALVADOR PLAZA GIL 1941-2015


Fotografía de estudio de Salvador Plaza Gil, 1er Escuadrón de Paracaidistas, 2ª Compañía de Cazadores Paracaidistas.


Nacido en Barcelona el día 19 de septiembre de 1941, ingresó en el Ejército del Aire como voluntario en marzo de 1960, y llego a la Escuela Militar de Paracaidistas para realizar el curso básico de cazador paracaidista en abril de 1960. Perteneció al 53º curso de Cazadores Paracaidistas, incorporándose al 1er Escuadrón de Paracaidistas de Alcalá de Henares, donde permaneció hasta su licenciamiento en 1962.

Salvador, o salva como cariñosamente le llamaba, fue uno de esos veteranos que cuando le conocí por primera vez, me abrió el corazón como si fuera de la familia, siempre con la sonría y la amabilidad por bandera. No tuvo el más mínimo inconveniente en contarme todo lo que recordaba de su paso por el Escuadrón de Paracaidistas, lo bueno, que fue mucho, y lo malo, que fue poco, incluso el mayor momento de tensión de su vida de paracaidista cuando sufrió el accidente en Barcelona, precisamente su ciudad natal, durante la exhibición paracaidista llevada a cabo.

Fue ese tipo de personas con las que te sientes muy cerca, muy a gusto, que sabes que los recuerdos que te va narrando son recuerdos vivido en primera persona, que según te los va describiendo es como si los vivieras a su lado, sientes el viento en tu cara, el movimiento del paracaídas, la tensión de la espalda, el dolor de las correas que se ciñen en torno a tu carne, la tierra acercándose a ti, y el golpe contra ella cuando llegas… Salvador fue único contando sus recuerdos, y como digo, parecía que los vivías a su lado…

Mi querido Salva, hoy por fin descansas, la maldita enfermedad que iba comiendo tu carne, tus ansias de vivir puso punto y final el día 1 de abril de 2015, hoy por fin descansas, y te fuiste con la sonrisa en los labios, con el recuerdo de tus seres queridos.

Gracias Salvador, gracias por enseñarme, gracias por hacerme heredero de tus recuerdos, de tus relatos, de tus experiencias, pero sobre todo gracias por tu amistad, que no tiene precio.