martes, 28 de junio de 2016

ESTEBAN BRUNO CEA.

Esteban Bruno Cea ingreso en diciembre de 1921 en el Servicio de Aviación y obtuvo el título de mecánico el 31 de agosto de 1922 licenciándose el 20 de diciembre de 1924. En 1928 reingreso en el Servicio de Aviación siendo ascendido a cabo el mes siguiente, tres meses más tarde ascendió a sargento y a suboficial mecánico el 6 de marzo de 1930. En septiembre de 1932 ingresa en la Escuela Superior de Aerotecnia, siendo uno de los primeros suboficiales que se presenta al examen de admisión aprobándolo. El 18 de julio de 1936 se encontraba realizando el viaje de prácticas en Alemania. Podía considerarse pues que era ingeniero aeronáutico, aunque no le hubiera sido entregado oficialmente el titulo. Se fue a Paris y en unión de Eloy Fernández Navanuel se trasladaron a España en un avión monoespar uniéndose a las fuerzas del Gobierno republicano. El 11 de agosto de 1936 una serie de aviones breguet 19 fueron destacados al aeródromo de La Alberica en Santander, y Esteban Bruno iba entre ellos junto a Esteban Farreras, pero se vieron obligados a tomar tierra debido a un fallo en el avión en las proximidades de Palencia, que estaba en poder de las fuerzas nacionales siendo capturados y tras un consejo de guerra sumarísimo fueron fusilados el 28 de agosto de 1936. En homenaje a Esteban Bruno un Batallón de Aviación de las Fuerzas del Norte llevo su nombre y una bandera.


Pero no voy a hablar de Bruno Cea y de su vida, si no de una fotografía concreta. La que aparece a continuación.


Fotografía del por entonces Suboficial mecánico Esteban Bruno, vistiendo el uniforme del Servicio de Aviación ya republicanizado, en color azul tina, al cual le han sido arrancadas las coronas de los emblemas del cuello, pecho y distintivo de especialidad. (Fotografía AHEA).

Veamos los dos principales emblemas de su uniforme.

El primero el situado en su brazo izquierdo, entre el hombro y el codo. Emblema de mecánico creado en 1926, que sustituía al anterior de 1923, que pasaría a otra especialidad. Este nuevo emblema consiste en una rueda dentada de oro de la que sale una paloma, todo ello timbrado de corona real cerrada. En cuanto llegó la Republica comenzó a mutilar todo aquello que olía a monarquía y llevaba corona, de ahí que se aprecie como ha sido cortada dicha corona del emblema “republicanizándolo”. El emblema va bordado sobre tela de color azul tina, color que se comenzó a usar en 1931, y que sustituye al verde botella de 1926. 


Se aprecia la barra dorada de 10 años de servicios en mecánica. (Colección de autor).

El otro emblema es el de piloto de aeroplano, creado en 1913, que en la fotografía igualmente se aprecia cómo le han mutilado cortando la corona real.


En este emblema podemos apreciar el color del uniforme verde botella de 1926.

Fuente: elaboración propia, fotografía AHEA, emblemas colección del autor.

miércoles, 8 de junio de 2016

LA BRIGADA AÉREA HISPANA.

La gran desconocida de las tres aviaciones del bando nacional en la guerra civil.


Tan solo entre los mas “viejos” investigadores aeronáuticos y entre los más acérrimos seguidores de la aviación en la guerra civil sabrían decir que era la Brigada Aérea Hispana, muy pocos, desde luego, y escasamente entre el público en general lo sabrían. Hablar de la Brigada Aérea Hispana ( a partir de ahora BAH), es hablar de un conjunto de unidades que juntas forman la más excepcional máquina de guerra aérea que los aviadores españoles pudieran imaginar. Ni los nacionales ni los republicanos podían crear unidades aéreas tan bien formadas como los fueron sin duda alguna en primer lugar la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria Italiana. Fue la insistencia de Kindelan ante el General Franco lo que motivo la creación de la gran unidad hispana, la B.A.H. Para conocer mejor a esta unidad española, voy a usar un artículo escrito por dos grandes investigadores aeronáuticos como Juan Arraez y Blas Vicente, articulo que apareció en “La Aventura de la Historia”, versión digital el 16 de agosto de 2014. Esto nos dará algo más de luz sobre esta efímera unidad de aviación española, duró tan solo dos años, y que fue sin duda el germen creador de lo que hoy es el Ejército del Aire. Veremos igualmente sus emblemas, pocos, de la mano de Blas Vicente, incansable investigador que sigue trabajando en los archivos y centros de documentación, intentado dar a vida a la B.A.H., al cual apoyo desde este blog y animo en su búsqueda, sin la constancia de Blas Vicente no se llegaría a conocer nunca a la B.A.H.

Germen de nuestro actual Ejército del Aire, cuyo 75º aniversario se cumple ahora, esta nueva unidad que adoptó el nombre de Primera Brigada del Aire, nació el 9 de Noviembre de 1937 con la idea de crear una aviación de bombardeo netamente española que consiguiese restar cuota de poder a las unidades aéreas.
Su historia es efímera, pues apenas si duró dos años. Es una historia de guerra, de sacrificio, de los pilotos y del resto personal, que afrontaron un reto hasta entonces desconocido para la aviación española. Este que sigue, fue el resultado.
El día 18 de Agosto de 1936, justo un mes después del alzamiento, apareció publicado el Decreto número 52, relativo a la organización de las Fuerzas Aéreas Nacionales, firmado en Burgos, por Miguel Cabanellas, y a partir de él, otros decretos reglamentando la nueva fuerza aérea, como el de 20 de Abril del 37, en que Alfredo Kindelán, Jefe del Aire, el Estado Mayor del Aire en 7 secciones: Organización, Información, Operaciones, Infraestructura, Material, Aprovisionamiento y Antiaeronáutica.
Desde entonces, se estuvo buscando un tipo de organización adecuada a las circunstancias bélicas y a la escasez tanto de material como de personal.

Un nuevo comienzo.

Dos fueron las razones principales de esta búsqueda: por un lado, se pretendía reagrupar todos los grupos de bombardeo españoles existentes y que actuaban de forma dispersa, lo cual según la experiencia acumulada, mermaba los efectos de los bombardeos; y por otra parte, intentar equipararse a las otras dos fuerzas aéreas aliadas, la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria, que habían demostrado una gran supremacía aérea y un elevado nivel organizativo.

A finales de noviembre se creó la Brigada Aérea Hispana como una "gran unidad".

Esta incesante búsqueda daría término en la segunda mitad de 1937. Atrás quedaban un sin fin de cambios en los mandos, en la organización y reorganización de las Escuadras, Grupos y Escuadrillas que conformarían la nueva unidad (no constituida con fines orgánicos, sino para aumento de la eficacia en combate).
Así, a finales de noviembre de este mismo año, se creó la Brigada Aérea Hispana como una "gran unidad" (según idea del Jefe del Aire, el General Alfredo Kindelán).
La doctrina de empleo de la misma era resultante de las doctrinas del "dominio aéreo" que predicaron tras la Primera Guerra Mundial, militares visionarios como el italiano Giulio Douhet y seguidores suyos, caso de los españoles Luis Manzaneque y el propio Alfredo Kindelán, verdadero impulsor de la Brigada.

Una teoría sobre el poder aéreo.

Por primera vez, se conseguía llevar a la práctica real una teoría sobre el poder aéreo, y experimentar con ella en situaciones reales de combate.
Esta doctrina de empleo se resumía en los siguientes puntos:

a) Actuación predominante ofensiva: La defensiva estratégica o táctica no requiere el agrupamiento de las unidades aéreas en brigadas o divisiones con predominio en ellas de los aviones agresivos sobre los de defensa y estos en el número estrictamente necesarias para facilitar el cumplimiento de las misiones ofensivas de los primeros.
b) Actuación en masa. La experiencia ha demostrado que la actuación simultánea de varias escuadrillas obra intensamente sobre los nervios y la moral del enemigo facilitando la victoria.
c) Movilidad. Una de las características de la aviación que hace de ella un arma excepcional es la rapidez y facilidad de desplazamiento que permite su actuación eficaz en el momento y lugar en que la situación táctica requiera.
d) Rapidez de concentración. Por razones de infraestructura así como por disminuir los riesgos procedentes de las agresiones aéreas enemigas las G.U. aéreas deben dispersarse en tierra y concentrarse en el aire rápidamente.
Ello requiere perfecta instrucción un buen sistema de enlaces y una red de transmisiones propias. A ser posible los aeródromos deben estar comprendidos en un círculo de menos de 60 kilómetros de diámetros. Estando como es lógico los de caza más a vanguardia que los de bombardeo.

Las G.U deben tener servicios propios de E.M y de defensa además de baterías antiaéreas.

e) Las G.U. deben tener servicios propios de E.M. y de defensa. La actuación independiente de estas unidades requiere que dispongan de un E.M. con sus cuatro secciones así como de órganos propios de información entre los que destacan aviones de exploración táctica y estratégica y secciones fotográficas.
Han de tener además baterías antiaéreas y secciones de aantiaéreas y secciones de ametralladoras para la defensa de sus aeródromos, así como los servicios de defensa pasiva.
f) Dependencia directa del Gran Cuartel General del Ejército. Solo el mando supremo posee los elementos de juicio necesarios para apreciar dónde y cuándo resultará más adecuado el empleo del potencial agresivo de las G.U. aéreas.
Por ello el mando de las mismas dependerá directamente del mando superior de los ejércitos de mar, aire y tierra por intermedio del órgano idóneo ejecutivo; en este caso la Jefatura del Aire.

El coronel Apolinar Sáez de Buruaga ostentó el mando de esta nueva unidad.

En casos especiales de la misma manera que una escuadra naval opera a las órdenes del Mando de tropas terrestres con las que colabora circunstancialmente, puede actuar una G.U. aérea a las órdenes de un mando militar o naval subordinado de Ejército, Cuerpo de Ejército, Departamento Marítimo o escuadra.
El mando de la nueva unidad recayó en las manos del Coronel Apolinar Sáez de Buruaga, que venía de ser el Jefe del Estado Mayor del Aire de Kindelán, la Jefatura del Estado Mayor de la misma, fue a parar al Comandante Francisco Arranz Monasterio y la Jefatura de la Primera Sección del Estado Mayor la ostentaría el también comandante Cipriano Rodríguez apodado "cucufate".
Entre Octubre y Diciembre de 1937, se organizaron las unidades aéreas, la intendencia, se creó una red de escuelas de formación de pilotos, tripulantes y resto de personal, de nuevos aeródromos, de servicios tales como observación, fotografía aérea, sanidad, etc.
Todo era nuevo, todo fue un desmesurado esfuerzo que terminó dando sus frutos.

Puesta en marcha de la Nueva Unidad.




La nueva Gran Unidad ya estaba lista para entrar en acción, articulándose en torno a tres Escuadras.
En la 1ª Escuadra, al mando de Eduardo González Gallarza (quién había volado en el mes de septiembre anterior, como segundo piloto en uno de los Junkers Ju 52 pilotado por el malogrado Carlos Haya, fallecido en acción de guerra en Febrero de 1.938) se integraron los dos Grupos de Ju 52, denominados 1-G-22, ó nocturno, por ser su especialidad las operaciones en la noche, mandado por el Comandante Manuel Gallego Suarez Somonte, y el 2-G-22 (ó diurno, por actuar de día), mandado por el Comandante Luis Roa Miranda.
La 2ª Escuadra, mandada desde Noviembre de 1937 por el Teniente Coronel José Lacalle Lárraga, se formó con los veloces Savoia S.79,aparatos de origen italiano de novísimo diseño que alcanzaban los 460 km/h., y que no necesitaban de protección de los cazas.

En la primera escuadra se integraron los Grupos de Ju 52 también llamados nocturnos.

La formaban los Grupos 3-G-28(mandado por Luis Pardo Prieto "El Erulo", quien fuera Jefe del Primer Grupo de Junkers, creado en Noviembre de 1936, y disuelto en Mayo de 1937 y 4-G-28, a cuyo mando estaba Luis Navarro Garnica.
La 3ª Escuadra, mandada por el Infante Alfonso de Orleáns y Borbón, a la que fue a parar el tercer Grupo de Bombarderos S.79,quinto en el orden general, el 5-G-28, cuyo mando recayó en José Gomá Orduña.
Esta Escuadra, originalmente, se denominó "Escuadra Mixta", puesto que junto a los S.79 del 5º Grupo, formaron el Grupo 7-G-14,mandado por Carlos Soler Madrid.
Estaba compuesto por He 70E y F, utilizados en misiones de reconocimiento fotográfico y bombardeos "quirúrgicos" muy al interior de territorio enemigo, contando además con un grupo de cazas, el 2-G-3, mandado por Angel Salas Larrazábal dotados de aviones Fiat CR.32, más conocidos con el sobrenombre de "Chirris".
Ya en 1938, se creó un segundo grupo de "caza", el 3-G-3 que inicialmente mandó el Comandante José Ibarra Montís y que en Junio pasaría a mandar el "laureado" Joaquín García Morato, tras dejar su Jefatura de la 3ª Sección del Estado Mayor de la Brigada Hispana.
El bautismo de fuego lo recibió la nueva "gran unidad" en la Batalla de Teruel, dónde no pudo experimentarse en su plenitud, debido a las terribles inclemencias meteorológicas que azotaron este frente, pero fue en las sucesivas Batallas de Aragón y Levante dónde se demostró su valía en numerosos bombardeos tácticos y alguno también de carácter estratégico como el ocurrido el 12 de Julio sobre el Puerto y dársenas de Cartagena.
El 1 de Junio de 1938 se habían efectuado un total de 763 servicios de guerra, y se habían lanzado un total de 1.854,08 toneladas de bombas.

A principios de junio ya se habían efectuado 763 servicios de guerra.

En Julio de este año fue reorganizada: se creó otro grupo de S.79 -con aparatos entregados por la Aviación Legionaria-, el 6º, al mando del Comandante Vives Camino, que junto al 5º, formaron la 3ª Escuadra, quedando así excluidos los He 70 que pasaron a depender directamente del mando de la Brigada Hispana, al igual que sucedió con los dos grupos de Caza; creándose también, a partir de Agosto de ese año, varios Grupos formados a base de aparatos S.81 italianos (unos cedidos por la Aviazione Legionaria y otros 26 aparatos traídos ex profeso), por lo cual y para acoger tal cantidad de unidades, se formó a finales de Agosto, la Segunda Brigada del Aire que pasaría a mandar el Infante D. Alfonso de Orleans y Borbón, jefe a su vez de la Segunda Escuadra, dando paso a una re estructuración y re ubicación de los Grupos.
Así, tras esta reorganización, las dos Brigadas tenían la siguiente composición:
1ª.- Brigada Aérea Hispana (Apolinar Sáez de Buruaga):
1ª. ESCUADRA de Junkers 52: - 1-G-22 ( Cte. L. Díaz de Ribera Almunia)
- 2-G-22. (Cte. Alberto Vazquez Figueroa)
4ª ESCUADRA de Savoia S.81: - 15-G-21. (Cte. Miguel Orduna López)
- 16-G-21. (Cte. Ricardo Guerrero López)
5ª ESCUADRA de Savoia S.81: - 17-G-21. (Cte. Vicente Gil Mendizábal)
- 18-G-21. (Cte. Alfonso Carrillo)
2ª.- Brigada Aérea Hispana (Alfonso de Orleans y Borbón):
2ª ESCUADRA de Savoia S.79: - 3-G-28 (Cte. Luis Pardo Prieto)
- 4-G-28 (Cte. Luis Navarro Garnica)
En marzo de 1939, con la llegada de nuevos aviones, las Brigadas Hispanas ya eran tres.

3ª ESCUADRA de Savoia S.79: - 5-G-28 (Cte. Manuel Martínez Merino)
- 6-G-28 (Cte. Francisco Vives Camino)
Con esta distribución, afrontó la Brigada Hispana el resto de operaciones militares en las que participó: El Ebro, Extremadura, Javalambre, Cataluña, Madrid, y así hasta el final de la guerra.
En Marzo de 1939, con la llegada de nuevos aviones, las Brigadas Hispanas eran tres.
En la Primera se mantuvieron la 1ª Escuadra de Ju 52, la 4ª y 5ª de Savoia S.81 y la 7ª Escuadra de Caza; en la Segunda Brigada, quedaron la 2ª y 3ª Escuadras de Savoia S.79, y la 6ª Escuadra, formada por los novísimos aparatos italianos Caproni Ca.310; y en la Tercera Brigada Aérea Hispana, se integraron los Grupos de aviones alemanes Dornier Do 17 y de Heinkel He 111.
Con el final de la guerra, y dado que el esfuerzo bélico había cesado y que las Brigadas Hispanas habían cumplido su misión inicial, se hizo necesaria una reorganización del arma aérea a todos los niveles.
Las tres Brigadas se distribuyeron por Regiones Aéreas hasta que finalmente desaparecieron con la Ley de 7 de octubre de 1939(Boletín Oficial 292), por la que se creó el Ejército del Aire, cuyo mando recaería en las manos del general de brigada Juan Yagüe Blanco, nombrado al efecto Ministro del Aire en el Decreto del 11 de agosto de 1939, Boletín Oficial 223.

La historia de la Brigada del Aire había finalizado, para pasar a convertirse en leyenda.
LOS EMBLEMAS.

El primer emblema que vamos a ver es el de la Brigada Aérea Hispana, emblema que se fabricó en dos versiones, metal y bordado.


De forma ovalada en chapa, lleva por detrás un imperdible para su sujeción. En su centro como se ve, lleva una bomba de aviación, posiblemente de procedencia alemana. En su cuerpo de color blanco una banda de color azul celeste que parte en dos mitades el cuerpo de la bomba. En la superior el yugo y flechas de la Falange, que junto al tradicional emblema de la Aviación militar eran los emblemas que identificaban a la aviación nacional de la guerra civil. A los lados de la bomba vemos el nombre de la unidad, a la izquierda “1ª Brigada del Aire”, y a la derecha su lema, “Reconquista de España”.  Este emblema metálico se usaba en el brazo izquierdo del uniforme entre el hombro y el codo. (Colección Blas Vicente). 



Fotografía de un Capitán que estuvo destinado durante la guerra civil en la B.A.H., véase el emblema del brazo (Fotografía Juan Arraez).

La versión en tela del emblema, izquierda el original, derecha la reproducción actual, pero con las mismas medidas que el original.



Emblema original, Arriba. (Colección Rafael Salcers). Copia del emblema. Abajo. (Colección Blas Vicente).


Era portado por el personal de tropa, idéntico al de metal pero sin ovalo, solo la bomba. Esto no significa que la tropa llevara obligatoriamente el bordado y los oficiales le esmaltado, pero era habitual verlo así. 


Sobre el brazo izquierdo de la guerrera vemos el emblema bordado para tropa. (Procedencia internet).

Vemos una serie de emblemas que pertenecieron a la B.A.H.


Partiendo de la figura metálica, que se encuentra a las doce (seguiremos viendo los emblemas con el movimiento de las agujas del reloj). A la una el emblema del grupo de bombardeo nocturno 1-G-22, formado por aviones Junker JU-52. Estuvo al mando del grupo entre otros Manuel Gallego. A las tres el emblema del 4-E-22, 4ª Escuadrilla de JU-52 del grupo 2-G-22, una de las primeras unidades con material alemán en manos españolas que se formó. A las cinco tenemos el emblema del 10-G-25, con aparatos Heinkell-111, mandado por José Luis Ureta. A las seis el emblema bordado. A las siete el emblema del grupo 18-G-21, con aparatos italianos Savoia SA-81, fue comandando por Alfonso Carrillo Durán. A las nueve vemos el emblema del Grupo 16-G-21, también de SA-81, que estuvo a las órdenes de Ricardo Guerrero. Y por último a las once el emblema del Grupo 17-G-21, con aviones SA-81 y a las órdenes de Vicente Gil Mendizábal. (Cuadro con emblemas colección Blas Vicente).

Fuente: elaboración propia. Agradezco a Blas Vicente, Juan Arraez y Rafa Salcers su apoyo.